Durante el brindis de fin de año con los periodistas acreditados en el Palacio de Hacienda, el ministro de Economía, Martín Guzmán, reiteró ayer la máxima que el presidente Alberto Fernández repite ante distintos actores económicos: “no se puede hacer más ajustes”. Aprovechó también la oportunidad para revelar que, pese a los éxitos en su carrera en la universidad de Columbia (Estados Unidos), en la que se desempeño como investigador asociado de su Escuela de Graduados, siempre tuvo el deseo de volver al país, y que su misión en la coyuntura es ayudar a tranquilizarlo. “Siempre quise volver al país, y ahora se dio la oportunidad de aportar en este momento”, dijo Guzmán acerca de los cambios en su vida cotidiana al dejar la experiencia universitaria en Washington para formar parte del gabinete de Fernández. Cabe recordar que el actual ministro no tiene experiencias anteriores en la gestión pública.
Guzmán, fiel a su estilo de comunicar solo de manera escrita o a través de presentaciones públicas, se abstuvo de brindar precisiones sobre la marcha de la economía y las medidas a adoptar y señaló que “en este primer momento, lo que tenemos que hacer es tranquilizar la economía”.
Sus declaraciones van de la mano con los numerosos artículos académicos que el publicó junto a Joseph Stiglitz, célebre economista ganador del Premio Nobel de Economía en 2001. En ellos, ambos entienden que la aplicación de medidas denominadas “ortodoxas” por los expertos, tales como las que propugna el Fondo Monetario Internacional (FMI) en sus planes de estabilidad, han sido todo menos efectivas, y que por el contrario, las soluciones deben surgir de estrategias expansoras de la economía.
En esta línea, cuestionó al programa económico llevado adelante por su antecesor Nicolás Dujovne, quien se encuentra en la vereda opuesta en cuanto a su formación económica, al señalar que “fue acordado con el Fondo Monetario (Internacional) y no se tuvo una cabal idea de cómo se traslada a precios la política monetaria”.
Continuó explicando que en ese acuerdo, “se pensaba que si la emisión iba a ser cero, la tasa de inflación iba a converger con ese valor”, algo que no se corroboró en los hechos, agregó el ministro, y apuntó a “la inercia inflacionaria” que enfrenta el gobierno de Alberto Fernández, que según el Relevamiento de expectativas de mercado (REM) que elabora el Banco Central, llegará a 55,6% al finalizar este año. Frenar su escalada, con una reducción paulatina del indicador, será parte de los desafíos de su gestión.